La cafeina es una sustancia estimulante natural que está presente en el café que consumimos habitualmente (también en el té, el mate, el chocolate, las bebidas gaseosas y los energizantes). En oposición a lo que mucha gente cree, el consumo moderado* de este alcaloide no conlleva inconvenientes para la salud.
Muy por el contrario, una buena taza de café a la mañana, o después de almorzar, puede ser un gran aliado en nuestras actividades diarias, ya que la cafeína aumenta el estado de alerta, mejora la concentración y favorece el trabajo intelectual.
Solamente debería evitarse su consumo por las noches en personas muy sensibles pues puede interferir en los patrones normales del sueño. Puede elegirse en estos casos un producto descafeinado, que no contiene el alcaloide pero conserva todo el aroma y sabor de la infusión original.
El tipo de café utilizado y la forma que este ha sido preparado influyen notablemente en la cantidad de cafeína que posee la bebida terminada. Como la extracción de esta sustancia aumenta con el tiempo de infusión, los cafés de preparación rápida (como el obtenido con máquina espresso o cafetera italiana) suelen contener menor cantidad de cafeína que aquellos con periodos de infusión prolongado (cafetera de filtro o émbolo).
El agregado de leche puede disminuir también la cantidad de cafeína ingerida, ya que aumenta el volumen de la bebida consumida.
Como se ve, nada debe privarnos de disfrutar una taza de aromático café recién hecha. Y si es de iL Caffetino Espresso, mucho mejor...¿ Tomamos un café?
* Se considera un consumo moderado o seguro de cafeína una dósis inferior a los 300 mg diarios (el quivalente aproximado de tres tazas normales de café). Fuente: USFDA
ROBERTO COLMENAREJO
sommelier
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